Aunque sea por un Día / Día Internacional del Detenido Desaparecido

Londres 38, espacio de memorias / Iglesia de San Francisco, Santiago de Chile
2011

Fecha:
Diciembre 2011

Tipo de exposición:
Colectiva

Materialidad:
–  Gigantografiía impresión PVC / 900 x 680 cm.

Actividad:
–  Artista

Av. Bernardo O’higgins Santiago de Chile.


Camilo Yáñez participa de  la Intervención urbana de Londres 38 con una obra titulada: “Aunque sea por un día”.  Su gigantografía artística replica la diagramación de una portada del diario El Mercurio saturada –“aunque sea por un día”- de retratos de detenidos-desaparecidos de la dictadura que se ubican bajo el titular –obviamente ficcional-  de “Todo Chile exige saber dónde están”. La obra de C. Yáñez se ubicaba –en la Instalación Urbana del 2011-  en la fachada de la Iglesia de San Francisco, es decir,  en un lugar equidistante de la Universidad Católica y de la Universidad de Chile. En agosto de 1967, en plena reforma universitaria,  un lienzo fue desplegado por los estudiantes en toma en el frontis de la  Universidad Católica acusando: “Chileno: el Mercurio miente”. La frase quedó grabada en el imaginario colectiva hasta que, en los tiempos recientes del  movimiento estudiantil,  otro lienzo colocado en el frontis de la Universidad de Chile,  también en toma,  recordó la cita anterior insistiendo en su descarada actualidad: “Chileno: 40 años después, el Mercurio aun miente”. La ubicación de la obra de C. Yánez en el eje Alameda  reúne –asociativamente- la evocación de un  antes (la “revolución en libertad” del gobierno de Eduardo Frei y su Reforma Universitaria) con un  después  (el Chile de la postransición democrática y su Movimiento Estudiantil) sosteniendo valientemente la continuidad histórica de la necesidad de alertar a la ciudadanía sobre los fraudes editoriales del diario  El Mercurio.   

La  primera plana del diario El Mercurio rediagramada por  C. Yáñez   resulta  inverosímil desde  la historia conocida de este medio de prensa que negó  sistemáticamente las violaciones de derechos humanos durante el gobierno militar.  La simulación crítico-artística de la portada de El Mercurio con las fotos de los detenidos desaparecidos bajo el imperativo categórico del titular  “Todo Chile exige saber dónde están”  da vuelta la mirada hacia atrás para que la ciudadanía recuerde  cómo el periodismo de El Mercurio encubría los crímenes de la dictadura con silencios y falsas noticias. La obra de C. Yánez pone  retóricamente en contradicción lo no-dicho ayer por  el diario El Mercurio (lo oculto-negado-encubierto) con lo confesado hoy por este medio bajo la presión crítica de su arte. Con  ese titular ficticio: “Todo Chile exige saber dónde están”, la  crítica social de la obra de C. Yáñez  “motiva a la gente para que se pregunte por qué esos no son los titulares de los diarios”[1]. Al generar una disociación semántica entre discurso y realidad, la obra de C. Yáñez  contagia la sospecha en torno a la veracidad de las noticias que edita la actualidad.  El arte,  “aunque sea por un día”,  les aporta a los familiares de las víctimas una reparación simbólica  forzando aquel diario que tergiversó  la muerte y  la desaparición a cargar hoy con la prueba fotográfica de una reencarnación de las identidades desaparecidas.   

La obra de C. Yáñez dibuja otra impresionante vuelta de la historia que también cobra valor simbólico de reparación y consuelo. Agustín Edwards, dueño de El Mercurio y Eliodoro Matte, dueño de la Papelera integraron –en su condición de grandes empresarios- múltiples asociaciones ilícitas que,  primero,  conspiraron contra el gobierno de la Unidad Popular  y,  luego,  se  beneficiaron de las ventajas económicas que les otorgó la refundación neoliberal del país  en tiempos de Pinochet.  La Papelera y  El Mercurio defendían el monopolio de una riqueza  forjada  gracias a las  privatizaciones ilegales de las grandes empresas favorecidas por  la dictadura militar. Buena parte de esa riqueza se acumuló en el sector de la industria forestal,  liderado por la Papelera del clan Matte aliada con  El Mercurio. Una industria forestal -subsidiada por el gobierno militar-  cuyas plantaciones despojaron de sus tierras al pueblo originario del que proviene José Huenante. En la portada simulada de El Mercurio que imaginó C. Yáñez,  figura al lado de los retratos de detenidos desaparecidos de la dictadura una columna editorial  sobre la desaparición del joven mapuche. El arte crítico de C. Yáñez obliga a  El Mercurio  a contradecir la vocación de extermino de su memoria hostil volviéndose hospitalario a la fuerza mediante la solidaridad creada por el artista que acoge a José Huenante en un vecindario destinado a corregir la pena de su soledad y abandono.  La obra de C. Yáñez le restituye figurativamente a  José Huenante  -“aunque sea por un día”-  un protagonismo de identidad y, además, lo ayuda a una   reconquista de territorio en el  diario de los empresarios que desalojó a su comunidad por la vía de la Papelera: los mismos empresarios  que  apoyaron la usurpación de  tierras de las comunidades mapuche por la industria forestal que se enriqueció debido al  saqueo neoliberal del Estado realizado por el régimen militar. La re-territorialización crítico-artística de la foto de José Huenante en aquel sitio hegemónico de las estructuras del poder económico y político (El Mercurio) que lo condenaron a la inexistencia y al despojo,  le entrega a esta nueva  víctima  -“aunque sea por un día”-   una compensación  simbólica de rango y posición. C. Yáñez lleva el  no-lugar del desaparecido José Huenante al primer lugar de un sitio de máxima jerarquía en el diario oficial, haciendo que  lo mapuche recupere “terreno” como el significante flotante del resto de  las identidades desplazadas, relegadas, oprimidas y suprimidas en el Chile de hoy.  El arte de C. Yáñez repara –imaginariamente- los perjuicios causados por el poderío empresarial de El Mercurio. Y  lo hace a gran escala: magnificando en la ciudad la “representación” de un acto  de justicia simbólica que, mediante efectos de condensación y transferencia, elabora un  imaginario de la pérdida y de la reparación del daño.    

Fragmento del texto presentado en la Cátedra Memoria: Pasado-presente: los desplazamientos simbólicos de la figura de la víctima, por Nelly Richard.


[1] Camilo Yánez, “Aunque sea por un día”, Catálogo Londres 38. P. 13.

Intervención fachada lateral Iglesia de San Francisco,
Av. Bernardo O’higgins,Santiago.