El proyecto reunió un grupo de artistas chilenos criados en la era pos-Pinochet, creando un conjunto de obras en diversos medios y que se insertaron en su mayoría, en lo analítico y conceptual.
Partiendo de uno de los muchos seudónimos usados por el dictador Augusto Pinochet (como Daniel López) para ocultar sus actividades financieras ilícitas. La muestra abordó asuntos como el robo y la falsificación de identidad, la desconfianza y la corrupción gubernamental.
Así, más que girar en torno a la figura de Pinochet como el villano de la película, las obras presentadas lidiaron con problemas más universales, como el impacto de la pos dictadura en los artistas.
Las obras también comentabán sobre la doble identidad del artista (artista-activista, artista-comerciante) y la noción del «artista travesti», que debe reubicarse en diferentes contextos.
A través de videos, instalaciones, fotografía, dibujo y murales, los artistas de «Daniel López Show» investigaron las falsedades económicas, la supuesta transparencia y los recurrentes enmascaramientos de los sistemas político, social y cultural.
En la galería Roebling Hall, participaron los artistas Mario Navarro, Diego Fernández, Patrick Hamilton, Ian Szylowski, Cristóbal Lehyt, Rodrigo Lobos, Alejandra Prieto, Francisca García y Hoffmann’s House.
En la galería White Box se montaron las obras de Nicolás Grum, Mónica Bengoa, Caterina Purdy, Rodrigo Pereda, Camilo Yáñez, Francisca Benítez e Iván Navarro.
La exhibición también incluyó el «performance» de Nutria y Purdy Rocks (Caterina Purdy), en el espacio Supreme Trading, en Brooklyn (Nueva York).