Fecha: Octubre 2021
– Libro / Publicación – ISBN 978-956-335-596-3 / ©laultimalinea.cl
Actividad: Director de Arte / Diseño publicación
Impresión: Equipo Gráfico Impresores SpA
A mediados de noviembre de 2019, un grupo de escritoras, artistas visuales, activistas y filósofos devenidos muralistas, nos propusimos animar un sitio web que sirviera como red de encuentros políticos y poéticos para los movimientos de cambio extendidos y radicales generados desde las manifestaciones de octubre.
Entre las actividades del sitio, www.laultimalinea.cl, se hicieron dos convocatorias específicas, a artistas y a escritoras. En la primera, se invitó a ensayar la primera página de la nueva Constitución. La segunda, fue un llamado a diseñar la portada del Libro Constitución que escribiremos a través de la Convención Constituyente.
La Última Línea estuvo en actividad desde enero a octubre de 2020. A partir de abril la médula de la página fue sorbida por la pandemia. La llegada de textos y de diseños instituyentes se extendió desde enero hasta abril. El sitio mantuvo una actividad reducida, hasta el plebiscito de agosto, llamado al apruebo y a la elección de independientes, mientras se publicaban informes y reflexiones inevitables sobre la pandemia.
Los textos de ‘primera página’, apuntan a entregar un aliento poético a la escritura de la Constitución y las ‘portadas en blanco’ están diseñadas para darnos accesos a una renovación de las imágenes del Estado. Los textos y las visualizaciones constituyentes fueron enviadas al calor de la revuelta y de un firmamento que apenas se dejaba vislumbrar por la multitud de las andanzas y de las miradas que de pronto se cruzaban como si fuera la primera vez.
El libro de bolsillo que presentamos, contiene trabajos que estaban a la espera del plebiscito. Trabajos movilizados por la alegría de una liberación esperada y desesperada a la vez. Trabajos conmovidos por el dolor provocado por la represión, los presos, los enceguecidos y los muertos. Las imágenes publicadas por LUL, están cargadas por la fragilidad de ese momento en el que no se había conseguido aun la paridad de género, ni la participación de los pueblos originarios y ni siquiera resquebrajar el privilegio de abuso de las AFP. Todavía no habíamos probado la determinación de chilenas y chilenos para llevar a término este proceso instituyente único a través de movilizaciones y elecciones repetidas en la enormidad de su manifestación mayoritaria. Nada garantizaba en esos meses que no hubiera una militarización acentuada de la política y que, en vez de ampliar la democracia, termináramos incrementando el carácter policial del sistema político.
Faltaba entonces la elección de los Convencionales y estamos todavía en los primeros parpadeos de su trabajo. La materia que están abordando no está en los libros sino en el recorrido que ellos y cada cual estamos haciendo. Hace un año, no habíamos pasado de los enunciados virtuosos a los desencuentros de la diversidad real, densa, conflictiva y dueña de todas las posibilidades de la convivencia política. Estamos apenas en el comienzo del trabajo de invención de un derecho al derecho, común a todas y todos los chilenos.
Todas y todos, convertidos en investigadores de archivos emocionales en la historia institucional, nos hemos encontrado con que la Constitución conservadora de 1833 se dirigía a los pueblos de Chile y no al único pueblo sintético, que se nos presentaba como molde de exclusiones y paternalismos en el siglo XX. Este libro que recoge accesos y esbozos a una poética instituyente, espera intervenir como osadía de alturas y aliento creativo en el trabajo de la Convención y en el acompañamiento atento en el que participamos.