El proyecto RÚBRICA consistió en enrojecer mediante recursos lumínicos calculados -hasta el límite de la soportabilidad-, todo el espacio de exhibición de MATUCANA 100 que permaneció totalmente vacío de objetos palpables. El enrojecimiento del recinto fue apoyado mediante la transformación temporal de la entrada de luz natural al espacio, fijando placas de acrílico rojo en todos los vidrios de las ventanas. Con el mismo objetivo, se fabricó una mampara de estructura de aluminio y acrílico rojo que, instalada en la puerta de acceso, teñía la luz que se colaba por ella.

Se instaló además, en el muro poniente del segundo piso -en los 14 espacios que separan las cerchas de la estructura del techo- 14 textos tipográficos en neón rojo, los que por su similar estructura gramatical adquieren un caracter letánico: EL NEON ES MISERIA, EL NEON ES TORMENTO, EL NEON ES DEMENCIA, EL NEON ES DESDICHA, EL NEON ES ANGUSTIA, EL NEON ES SECRETO, etcétera. La «letanía» quedó conformada por las palabras empleadas en la adjetivación de las frases, todas trisílabas y acentuadas al medio. El conjunto de estos adjetivos y el enrojecimiento de la atmósfera del espacio pretendió acotar el trasfondo referencial de la obra: el trigésimo aniversario del golpe militar en Chile y la necesidad de repensar y de reflexionar en esa perspectiva, acerca de la tragedia de la tortura, la muerte y desaparición de personas, como un sistema connatural al programa de refundación de la República, ejecutado por el régimen militar.

Por último, la obra contemplaba un elemento acústico distanciador, desvirtuante y extrañante: el espectador sometido a la «violencia» simbólica que significa restringir la percepción ocular a la más extrema de las parcialidades cromáticas -una atmósfera totalmente enrojecida- escuchaba mientras leía los textos de neón rojo, un audio especialmente producido para la obra, que mezcla el ruido de transmisiones radiales mal sintonizadas con la melodía de la canción «Los Enamorados», en la versión de María Marta Serra Lima, de la cual se escucharán con cierta dificultad sus primeras estrofas: «Cualquier día…, cualquier hora…, en cualquier lugar…, nos vemos tú y yo…, para hablar de amor…», etcétera.

La palabra «rúbrica» proviene de la voz latina rubrica (de donde viene «rubor», «rubí») y en propiedad significa «título escrito en rojo», «texto rojo» o «letra roja». Impropiamente, fue atribuída al acto de sellar el lacre rojo sobre un documento oficial, que de este modo lo acreditaba como vehículo de la voluntad del Rey y, en general, de la autoridad. De ahí se extendió su sentido hasta llegar a ser sinónimo de firma.

La obra fue inaugurada el día viernes 3 de octubre a las 20:00 horas y contempló su exhibición dure diez días seguidos permaneciendo el recinto abierto al público durante las 24 horas.

El proyecto RÚBRICA de Gonzalo Díaz se inscribe dentro de las nociones genéricas de environement, intervenciones del espacio o instalación site-specific y se resuelve mediante operaciones de desmaterialización. El proyecto considera el espacio de MATUCANA 100 en su sentido histórico, institucional y arquitectónico, como su propio soporte y como las condiciones de su propia producción y de su propio consumo.

En razón del carácter específico y efímero de la intervención, se contempló la producción de una publicación que contenía el registro fotográfico de la obra y textos del filósofo y crítico de arte Pablo Oyarzún, y el artista Eugenio Dittborn.